con la frente marchita

Podés estar en el lugar más hermoso del mundo, o en la ciudad más increíble. Rodeado de la gente que querés, comiendo rico, alojado cómodamente y pesando sólo  a dónde ir a pasear. Podés estar pasándola muy bien. Sin embargo, llega un momento en el que sólo deseás una cosa: VOLVER.
A tu casa, a tu cama, a tus pequeñas ceremonias diarias.
Una lástima que eso también implique volver al trabajo.
De todos modos, no hay mejor lugar que el de uno (más allá de que en este instante, el lugar de una sea un verdadero despelote). 

Ando volviendo. Espero que sigan por ahí. 

2 comentarios:

  1. Bienvenidos! Los extrañaba ya.
    A.

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  2. Te recontra mil entiendo.

    Yo YA me ando enroscando la cabeza con lo mucho que voy a extrañar a G.

    ¿Nos vemos? Mailéemonos, para empezar...

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Piiiiiiiip