Dos abuelas que han pasado la barrera de los 70 comparten una cena junto a sus nietos. Hay sushi. Las abuelas nunca comieron sushi.
Una descubre que le encanta el sushi. La otra confunde un pedazo de jengibre con un langostino y decide que hasta ahí llegó su experimentación culinaria.No se sabe bien si por la exitación de la nueva experiencia, o por qué, una dice:- Yo no me voy a morir sin antes haber fumado un porro.
La otra queda estupefacta. Intentando encontrar una explicación a tamaña frase le dice al resto:
- No le hagan caso, es por la cerveza.
A lo que la primera, blandiendo un palito responde :
- Porrera sí, borracha jamás.