números

esta vez quise evitar hacer balances, porque siempre anduve mal del equilibrio,
pero soy una persona responsable y la gente responsable debe llevar la cuenta de su vida.

la solución, contratar un escribiente: un señor funcionario que cumpliera sus funciones.

este año se rió un millón de veces, y lloró otras tantas, como una Magdalena
lo extraño - me dijo el empleado- es la cantidad de veces que usted llora,
sólo para reírse a carcajadas.

las cuentas no cierran (el pobre andaba realmente preocupado).
hay cuestiones muy simples: los dos o tres aplausos, dos rotundos fracasos, tres millones de palabras, varias cursilerías con te quieros
y hasta ositos de peluche.
tachaba con un lápiz, y seguía el recuento: diez pares de manos, cuatroscientos ojos, seis o siete magullones, unos hombros dispuestos;
incluso tengo documentados sus silencios: anda mejor, son cada día menos.

pero ese sueño, al que usted le puso nombre.
yo... no sé como contarlo.
todo el mundo lo sabe: se le rompió en mil pedazos
pero usted, usted insiste, y ¡lo pone en las ganancias!

-vaya tranquilo- le dije al contador,
la vida es una burócrata rebelde

no importa mucho cuántas gotas tiene el vaso
si efectivamente está más lleno que vacío
lo que sea que haya en ese vaso, ha sido hecho para ser bebido



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Aprovechando el calendario como excusa, quiero decirles a todos los que pasan por aquí: es un placer haberlos conocido, aunque seamos perfectos extraños.
Un día, cuando pueda despistar a mi vergüenza, quizás nos veamos cara a cara.

Mi deseo para ustedes: vivan... con toda la vida.

Feliz 2010.

en 2010:


 Que el maquillaje no apague tu risa,
Que el equipaje no lastre tus alas,
Que el calendario no venga con prisa,
Que el diccionario dentenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
Que gane el quiero la guerra del puedo,
Que los que esperan no cuenten las horas,
Que los que matan se mueran de miedo,
Que el fin del mundo te pille bailando,
Que el escenario te tiña las canas,
Que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana,

Que las verdades no tengan complejos,
Que las mentiras parezcan mentira,
Que no te den la razón los espejos,
Que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de ti el desamparo,
Que cada cena sea tu última cena,
Que ser valiente no salga tan caro,
Que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
Que no te vendan amor sin espinas,
Que no te duerman con cuentos de hadas,
Que no te cierren el bar de la esquina.

Que el corazón no se pase de moda,
Que los otoños te doren la piel,
Que cada noche sea noche de bodas,
Que no se ponga la luna de miel.
Que todas las noches sean noches de boda,
Que todas las lunas sean lunas de miel.




¡FELIZ AÑO NUEVO!



desayuno

600 miligramos de ibuprofeno, en ayunas.
El sonido del teléfono en mi lóbulo parietal derecho. Que late y retumba como un gong, desde ayer y todavía.
La voz de mi padre. Al que no veo hace meses. Porque después de todos los discursos y promesas que uno hace y se hace, la distancia termina ganando la partida del tiempo.
Mi padre, que me pregunta si leí el mail que me mandó ayer. No, no lo leí. ¿Entonces?
Que lo lea.
Yo estoy bastante tarada, pero si estamos hablando, ¿no será más fácil comunicarme el contenido del mail y ahorrarle a mis ojos el resplandor de la computadora por un rato más?
A no ser que…
A no ser que me esté pidiendo algo. Algo es siempre dinero. Prestado. Aunque con el tiempo he cambiado ese eufemismo por “regalo”, para no sentirme tan estúpida.
La excusa telefónica es venir a visitar, para fin de año, que hace mucho que no nos vemos y etc. La de mail es menos sentimental, por decirlo de algún modo.
Y aquí ando, con mi cerebro a cuestas, el mail abierto y sin responder.
Y la culpa, el ingrediente que sazona la relación padre-hijo en mi familia desde tiempos inmemoriales (porque la culpa se hereda y se aprende, de generación en generación)
La verdad, tengo ganas de decirle que no. Tan simple como eso.
Pero la culpa me corroe la cabeza tanto como la migraña.
Que se irá desvaneciendo a golpes de ibuprofeno. La migraña, porque la culpa… a la culpa no le encuentro remedio.

test post navideño

Si usted es un sobreviviente más de las últimas celebraciones, hemos preparado este test para que sepa en qué estado se encuentra (porque sabemos a que a muchos se les nubla un poco el juicio con el humo de los petardos) y cómo puede esperar recibir el año 2010, que ya ya ya está llegando.

1. Las navidades fueron
a) Un embole
b) Para su sorpresa, muy divertidas.
c) No sabría decirlo.

2. La comida fue
a) Muy abundante, pero un poco insulsa.
b) Muy abundante y exquisita.
c) Bien, bien... aunque me parece que se quedaron cortos con la bebida.

3. Llegando a las 12
a) La mitad de los presentes estaban dormidos y la otra mitad peleándose.
b) Se estaba preparando el carnaval carioca con Papá Noel incluido
c) No sabe qué estaban haciendo lo demás. Usted se encontraba en el baño prodigándole amor a un inodoro.

4. A la vuelta
a) Fue el chófer familiar y tuvo que dejar a toda la parentela en sus respectivos hogares, esquivando a los borrachos que inundaban las calles.
b) Llegó a su casa con el alba y tarareando la última canción de la fiesta.
c) Recuerda que alguien lo cargó hasta un taxi cuyo conductor lo depositó en lel cordón de la vereda, donde despertó a las 10 de la mañana sin sabe dónde estaba (el conductor del taxi decidió que no era necesario llevarlo hasta su casa, y lo dejó en la primer esquina que pudo).

5. Hoy usted se encuentra
a) Con un ataque al hígado y pocas ganas de trabajar.
b) Con un ataque al hígado y organizando el próximo festejo
c) En cama... ni se dio cuenta que es lunes.


Mayoría de resultados A
¿Usted pasó la navidad conmigo?
Como el martiriio aún no termina, le recomendamos lo siguiente: tómese una Hepatalgina e intente organizar una escapada relámpago a Mar de las Pampas. Alquile una cabaña en el medio del bosque. Llévese un par de DVD's, unos buenos libros, e intérnese a esperar el 2 de enero, cuando todo volverá a la anormalidad conocida.

Mayoría de respuestas B
Usted es una persona afortunada. Tómese una Hepatalgina y diga dónde hace la fiesta de fin de año así el 31 vamos todos los que no conseguimos cabaña en Mar de las Pampas. Prometemos presentarnos con un champagne bajo el brazo, o un pan dulce.

Mayoría de respuesta C
Su comportamiento de las navidades pasadas ha dejado un reguero de comentarios injuriosos sobre su persona entre sus familiares, amigos y vecinos. Lo bueno es que usted no puede recordar nada del susodicho festejo.
Le recomendamos tomar una Hepatalgina y llamar a su trabajo para avisar que estuvo a punto de caer en un  coma etílico y se está recuperando.
Seguramente sus conocidos organicen la cena de fin de año a sus espaldas. No se preocupe, el señor que contestó mayoría de respuestas B seguro estará encantado de recibirlo en su casa.

500 días con ella

¿Existe algo parecido al destino?

¿Hay alguien ahí afuera, entre los millones y millones de personas que nos rodean, esperando por nosotros?
Nuestra alma gemela, el indicado, la indicada, ¿son títulos de nobleza que se murieron con la desaparición del reino del "había una vez"?

Si un día caminaste por una calle que nunca recorrías, y ese día tropezaste con el que hoy es el amor de tu vida. ¿Cómo lo llamarías: casualidad, destino, suerte?

Y después de la casualidad, o el destino, o la suerte... ¿existe realmente el amor de una vida?

500 días con ella (o 500 days of summer)  hace  algunas de estas preguntas. No importa mucho cómo las responde, o si efectivamente lo hace. El recorrido vale la pena.

La música es excelente, y ellos dos... ellos dos son entrañables.

No es una historia de amor. Es una historia sobre el amor.

Hoy, me evado un poco de las navidades y los festejos, y les recomiendo que la vean.

Después me cuentan.



un cuento de navidad (o de qué se ríe papá noel)

Salís a trabajar a las 7 de la mañana, ya hacen 40 grados a la sombra.
Intentás tomar el subte pero hay paro sorpresivo. Después de esperar una hora te subís a un bondi atestado que tarda el doble en hacer el recorrido porque intenta esquivar los diversos piquetes que engalanan la ciudad.

Llegás al local donde te explotan, tarde, sudoroso y desaliñado. Tu jefe te recibe con un "otra vez tarde" y un gorro de Papá Noel en la mano.
Imaginás que está decorando el negocio. Imaginá de nuevo. 

La gente entra y se asusta al verte. Algunos niños corren a esconderse detrás de las madres.
No es que el gorrito te quede mal, es que la tela te está dando alergia y sos lo más parecido al Grinch que han visto.

En medio de una avalancha de compradores que acaban de recordar que mañana es nochebuena, te llama tu mujer para quejarse por el precio de la canasta de navidad.
De paso, te pregunta “qué pensás hacer con la prima Raquel y el tío Enrique”. 
Por decir algo, le decís que no se preocupe.

A los diez segundos llama la prima Raquel que pregunta sutilmente “si va a ir el desubicado del tío Enrique”.
Mientras cobrás, atendés a los clientes y te rascás la frente deforme, entra otra llamada. Dejás a la prima Raquel en espera y atendés: es el tío Enrique, que antes de decir "hola" insulta a la prima Raquel y te avisa que “ni borracho pasa una navidad con ella”.
Como ambos cortan sin dejarte decir nada, seguís con tu trabajo.

Media hora después tu mujer quiere saber qué hiciste con el asunto Raquel y Enrique. Le decís que no vas a invitar a ninguno.
Tu mujer cuelga el teléfono al grito de: “¡que fácil solucionas vos las cosas!”

Por fin, llega el horario de salida y tu jefe te entrega el regalo navideño de la empresa. Por cuestiones de presupuesto consiste en una bolsa de nylon con una garrapiñada y un tetrabrik de vino tinto.
Acto seguido te anuncia que este año no cobrarás el aguinaldo porque se lo gastaron en comprar las bolsas navideñas.

Cuando caminás hacia el subte, que sigue sin funcionar, te llama tu hijo menor a los gritos porque Papá Noel no se llevó la cartita en la que consta su pedido del “súper reloj de Ben-10 que te transforma en extraterrestre”. Lo tranquilizás diciendole que Papá Noel ahora atiende por e-mail, y ya te encargaste. 
Tu mujer le saca el tubo a tu hijo, que sigue llorando de fondo, y te avisa que invitó a la prima Raquel y al tío Enrique, pero que no les dijo nada. 
“Que ella no puede dejar de invitar a ninguno, y que después de todo la navidad es para encontrarse y festejar, y seguramente se amigarán durante la cena.” 

Dos horas después llegás a tu casa.
Tu mujer está desquiciada porque se le cortó la mayonesa para el vitel toné. “Encima con lo que le salió... Menos mal que todavía cuentan con tu aguinaldo para comprar la tonelada de comida que falta.”

Te sentás a ver televisión y lo único que encontrás es a Ricardo Fort vestido de duende y cantando villancicos; noticieros que llevan la cuenta de la cantidad de boludos que se sacaron un ojo con un corcho; y películas donde mágicamente todos se convierten en personas bondadosas y preocupadas por la paz mundial y ese tipo de cosas.

Te comés las garrapiñadas y te tomás el vino. Ya bastante borracho te vas a dormir.
En sueños ves al tío Enrique gritando que “a esos hay que matarlos a todos”, aunque no sabés a quiénes se refiere.
También está la prima Raquel, que insulta al tío Enrique, mientras tu suegra, totalmente borracha, habla del ex novio de tu mujer, “que era tan bueno y educado y trabajador. ¡Y justo se vino a casar con este energúmeno!”
Ves a tu hijo derrumbando la pared del comedor con un rompeportones, para luego oir sus gritos porque Papá Noel le trajo un camioncito de juguete y un par de medias, en vez del “súper reloj de Ben-10 que te transforma en extraterrestre.”
Ves a tus vecinos que se presentan alegremente a brindar, sin aportar algún brebaje a tal fin
Y ves a tu mujer tratándote  de desconsiderado porque rechazás el octavo plato de pavita por la que estuvo todo el día “trabajando como una burra”.

Al despertarte comprobarás que todo fue un sueño. Y que lo peor todavía no llegó.
Hoy es 24 de diciembre: ¡felicidades!

no sos vos, soy yo

sos la fruta seca a 40 grados celcius,
el vittel toné reseco,
el desayuno de ensalada rusa

sos el petardo en la puerta,
el corcho en el ojo,
el tío fascista haciendo declaraciones

sos el calzoncillo de regalo
el juguete musical que soportaremos hasta que se acaben las pilas
y también sos el juguete electrónico sin pilas

sos el papá noel transpirado
el shopping nevado en pleno caribe
el shopping atestado en plena crisis

sos el brindis, el festejo
y sos el choque de frente en la autopista

no pretendas que todos te querramos

aunque quizás no tengas tanta culpa
porque quizás...
quizás seamos nosotros


el título ponelo vos

Seguimos con los efectos colaterales de diciembre y sus festejos.
Ayer me junté con amigos (dije que lo necesitaba, hay que cumplir lo que uno se promete.)
Mañana tengo una cena laboral, pasado un cumpleaños. El domingo moriré de cirrosis... o de hartazgo.

Y en el medio mi mamá.
Que tiene una fijación con los festejos navideños. Que empieza a hacer preguntas molestas desde octubre.

Que hace una semana viene llamando todos los días sólo para saber dónde pasamos la navidad. Que le avise ni bien sepa, que tiene que preparar el pionono. Que tiene que comprar nosequé.

La familia de él arregla la cena navideña dos horas antes de que la susodicha se produzca, lo que no colabora mucho con la ansiedad materna (ni con el estado de mi salud mental).

Anteayer le comuniqué la noticia: "la pasamos en lo de C".

Supuse que el martirio se terminaba con esa frase tan simple.

A veces soy extremadamente ilusa. 

Ahora, cada vez que suena el teléfono mi madre quiere saber "qué prepara" para la cena. Porque el pionono lo hace siempre. Porque quiere innovar. ¿Y si hace vittel toné? ¿Y si mejor aceitunas rellenas?


¿Y si me tomo un bondi al otro lado del mundo hasta que todo esto pase?
¿Dale?

esos días

¿Viste cuando te levantás de la cama y te duelen hasta las pestañas porque ayer volviste a las pistas de baile después de tanto tiempo que ya ni recordás?

¿Y viste cuando tomás dos copas demás de champagne y al día siguiente deserías ser lobotomizada por el carnicero de la esquina?

¿Y cuando te agachás a buscar algo del piso y ahí quedaste, como una estatua viviente, pero sin que nadie te tire ni una moneda?

¿O cuando tenés que trabajar hasta altas horas de la noche y a las 23 ya te dio sueño, y lo único que deseás es tu almohada y tu acolchado de plumas mullidito? ¿Y "altas horas de la noche" no supera la una y media de la mañana?

Bueno, esos días, te repetís como una letanía: "esto antes a mí no me pasaba."

Y sí, esos días, te sentís una vieja chota.

Como cuando contás períodos de a décadas, y empezás a buscar ex compañeros de primaria en el facebook.

Ese día es hoy.
Necesito un Ibupirac 1200, y un abrazo, y una conversación con amigos detrás de un vaso de cerveza helada.

Porque el paso del tiempo no tiene cura... pero existen algunos paliativos.

moción anatomopolítica


El INDEC debería ocuparse de medir la tasa de inflación de mi culo. 
De esta manera me ahorrarían los ataques de baja autoestima y los tres kilos de helado que vienen detrás, y que sólo colaboran para que dicha tasa siga aumentando.

La Asociación Mundial de Pesos y Medidas debería investigar por qué mi trasero es catalogado como L en un local de ropa y como XL en el local de al lado.
Yo sé que su tasa de crecimiento es cada día más acelerada, pero quiero creer que no puede aumentar a tamaña velocidad.
De lo contrario, un día de estos moriré asfixiada por mis carnes mientras estoy durmiendo.

El Sindicato de Vendedoras de Ropa debería hacer un curso de capacitación intensivo para que las empleadas de este tipo de locales entiendan de una buena vez que una persona normal no puede probrase un jean en cinco segundos.
No soy la mujer maravilla, no abras la cortina del probador cuando estoy en pleno ajusticiamiento de mis carnes para que se introduzcan en ese pantalón mínimo que me diste y que se supone que es "comoparamí."
¿Qué clase de perversión malsana las lleva a dejarme permanentemente a la vista de todo el mundo, en bombacha, con los pantalones trabados en los muslos y una catarata de carne cayendo a los costados?

Empleados de Comercio debería prohibir la frase "se estira" en referencia a cualquier prenda ofrecida a las compradoras y que ostensiblemente las hacen parecer un matambre adobado.
¿Cuánto se estira una prenda? De matambre adobado a salchicha reventada en el microondas. Eso se estira.

Y por último, la Cámara de Arquitectos de Locales Comerciales debería clausurar a todo aquél establecimiento que posea un probador cuyas medidas impidan la introducción de un ser humano completo en su interior.
Hacer un curso de faquir para ir a probarme ropa todavía no está en mis planes.

Que conste en actas.

music monday

Es lunes, pero ¡tenemos música!

Póngase el enterito negro y ¡mueva esas caderas! Sí usted, niña, preadolescente, adulta, abuela... dele nomás, la música la lleva.

A usted, que siempre dijo que era un tronco. Escuche y mueva la patita. Va a ver qué liberador.
No me importa lo que digan en su oficina. Demuestre que un señor ede traje y corbata  también puede ser un gran bailarín.

Jóven, cadete, oficinista gris. Salí del box y sacá a bailar al que tenés al lado. 

Porque será lunes... pero ¡tenemos música!

(Iba a poner la versión orginal... pero estas me parecieron mucho mejores.)







uno para todos, y todos... ¿y todos?

Estimad@s compañer@s de estudio y de trabajo:

El motivo de la presente es comunicarles que, contando las décadas de quemazón de pestañas y jornadas laborales mal pagas que tengo encima, cargo con la experiencia suficiente para decirles algunas cositas respecto del trabajo en equipo.
Esas cositas son: me tienen re podrida.


Quiero suponer que sus madres o maestras de primaria  no han hecho ningún esfuerzo por explicarles en qué consiste el trabajo en equipo. Entonces, veamos: "trabajar en equipo" tiene dos conceptos fundamentales.


Analicemos el primer concepto: trabajar.
Trabajar es realizar alguna actividad considerada productiva.

Por lo tanto, trabajar no es observar mascando chicle cómo los demás se rompen el alma para hacer algo que a vos no se te canta porque te duele el dedo gordo del pie.
Hacer globitos con el Bazooka todavía no es considerada como una actividad productiva en ningún país del mundo (espero, o mátenme). 

Tampoco es dar órdenes, como si el resto fuera un grupo de egipcios contructores de pirámides y vos el faraón.
Sabelo, lo único que tenés de faraón es que sos una momia.

Trabajar no es tirar la misma idea cada vez que te preguntan. Menos que menos es copiarte de lo que dijo el de al lado pero cambiándole las palabras. O repetir "estoy de acuerdo" como un zombie descerebrado.
No queremos un loro, queremos un compañero.

Trabajar no es hacerte el inútil a todo servicio. Alguna cosa sabrás hacer. Ser el cafetero o cebador de mate del grupo no es la gran colaboración, pero es algo. Mientras pensamos cómo ajusticiarte y tirarte por una ventana, vos andá a buscar el agua. 


Habiendo aclarado lo anterior, vayamos al segundo concepto: equipo.

Equipo es un grupo de personas, unidas por la suerte o el infortunio, que deben llevar adelante una tarea en común.
Esto quiere decir que cada uno de sus integrantes está encomendado a una tarea en particular.

Por lo tanto, equipo no es un pobre diablo (generalmente el obsesivo, o el traga, o el demente) que tira de una carreta llena de inútiles, que encima lo azusan porque va despacio.

Tampoco es un dictador que pretende imponerle a los demás su visión particular del mundo. Ya te dijimos que no sos faraón. Todos sabemos lo que "pensás", ahora limitate a callarte la boca.

El equipo, de vez en cuando, tiene que verse las caras. Que vos tengas el funeral de tu abuela Cholga cada vez que nos juntamos es bastante sospechoso. Estamos comenzando a suponer que nos tomás por estúpidos.

Y por último, equipo no es un grupo de personas que se juntan cada vez que pueden con la excusa de trabajar, y a la media hora están borrachos y filosofando sobre la inmortalidad del cangrejo austrohúngaro, y la relacón entre el materialismo histórico y los culos de "Bailando por un sueño".


La segunda parte nos gusta a todos. Pero para que haya segunda parte debe haber primera, esto es: tra-ba-jar.
Y si no saben de qué les estoy hablando, vuelvan al principio a ver si de una vez por todas les entra en la cabeza.


Muchas gracias por su atención. Espero que apliquen estos consejos. O simplemente les romperé el peroné a patadas.


Saludos cordiales,
Mate Con Duraznos
(y poca paciencia)


de rickies y johnnies

Debo confesarlo: yo miro dibujitos animados, desde siempre.
No hace mucho me gustaba Johnny Bravo.

Johnny Bravo es un jóven rubio, de grandes músculos y jopo monumental, que todavía vive con la madre y depende de ella.
Johnny Bravo cree que, gracias a su cuerpo trabajado puede conquistar a cualquier chica que ande a su alrededor. Y lo intenta, con los medios de los que dispone: su físico y su idea de lo que una mujer desea. Entre otras cosas, JB es extremadamente estúpido.
La chicas lo ignoran, y cuando no lo ignoran es sólo para aporrearlo. En todos los capítulos. Y él vuelve llorando con la madre, que siempre está ahí para consolarlo.

La gracia del dibujito es esa: Johnny cree que es un ganador nato, un macho conquistador, y que cualquier mujer se rendirá a sus pies con sólo mirarla. Pero, como se ve, JB es un pobre tonto.




Hace un par de semanas, que ya parecen años, apareció en la TV vernácula Ricardo Fort.
Ricardo Fort es un señor de 40 años, de grandes músculos y jopo monumental, y una cuenta bancaria que los simples mortales como yo no podríamos ni imaginar.


RF no cree, afirma que puede conquistar a cualquier chica que ande a su alrededor.
En realidad, que puede tener cualquier cosa, lo que lo convierte en un héroe nacional, en una nación en la que pocos consiguen siquiera lo que precisan.

Y lo que se nos muestra es que consigue lo que quiere. También las chicas. Y que cuando se aburre, las deja, vía SMS. Y que cuando vuelve a aburrirse las llama  otra vez a su lado, vía SMS. Porque es más expeditivo. Él es un señor pragmático.

Las chicas no aporrean a Ricardo Fort. Las chicas de esta historia son figuritas de colección. Y hay una difícil, no porque no haga caso a sus declaraciones de conquista, sino porque es propiedad de otro.

Y el propietario de la figurita difícil se ve herido en su honor: nadie puede reclamar lo que es legítimamente suyo. Entonces trata de herir al otro: le dice homosexual.

Lo único que puede resolver tamaño problema, es un duelo.
Que nunca sucede. Porque es preferible continuar la historia, hasta que deje de convocar multitudes.
Porque esta carticatura convoca multitudes.


JB nunca hizo 37 puntos de raiting. Y sin embargo era igual de estúpido. 
Quizás la diferencia radique en una cosa: Johnny pierde, siempre.

En cambio en esta historia, los únicos que perdemos, somos los que estamos detrás de la tele. 


(Nota: Uno puede elegir no ver estas pavadas. También debería poder tener otras opciones y más allá de apagar el equipo. Por ahora, no nos están dejando otra.) 


the horror

Hace rato que el género terror de Hollywood me da risa, asco, o indiferencia. Cualquier cosa menos miedo.

Ayer a la noche vi Paranormal Activity.
Desde la adolescencia que no me aterra tanto una simple película. (Cuando  nos asustábamos entre nosotros y nos gustaba contar historias de fantasmas y jugar a la Hujia)
Aunque me digan, como a los niños, que lo que pasa en las películas es mentira, que es todo un truco, no me interesa. Yo temblé. Y dormí inquieta.

Si no la vieron, se las recomiendo. Y si la vieron, ¿les pasó lo mismo? ¿O yo me he vuelto una persona fácilmente impresionable?



fuck you... homofobia

Fuck you homofobia es una campaña que utiliza la canción de Lily Allen como centro y la participación del público como motor.
Ya dije que esa canción (y la vernácula Choto) son liberadoras.
Así que, si se anima a cantárselo al mundo, fílmese y participe.

So you say
It's not okay to be gay
Well I think you're just evil
You're just some racist who can't tie my laces
Your point of view is midieval



Fuck you
Fuck you very, very much
Cause we hate what you do
And we hate your whole crew
So please don't stay in touch



don

No sé si es un sexto sentido, un don sobrenatural, o simplemente Fortuna complotándose para reirse un rato de mí.
Pero en ese justo momento en el que quiero tranquilidad. Justo cuando me dormí, después de intentarlo dos horas. En ese instante de intimidad y calma (antes o después de la tormenta). En ese preciso instante, a mi madre se le ocurre llamarme por teléfono. 

Y eso no es lo peor.
Supóngase que hija duerme como un oso. Supóngase que suena el teléfono y la sobresalta. No puede ser otra que madre.
Entonces se dará esta conversación:

madre: Hola hija, ¿te desperté?
hija: Si.
madre: Ah, perdón... ¿Cómo estás, bien? Yo estoy blablablabla


O bien.
Supóngase que a hija la tapa el trabajo. Está a punto de fenecer.
Entonces suena el teléfono. No puede ser otra que madre.



madre: Hola hija, ¿estás ocupada?
hija: Hola ma, sí, muy.
madre: Aaaah, ¿cómo estás, bien? blablablablabla


Si lo que le responda le va a entrar por un oído y salirle por el otro.
¿Para qué catzos pregunta? 
 

el mundo se divide (apartado mascoteril)

entre los que afirman que "no le gustan los animales"
y los seres humanos

entre los que le hablan a sus mascotas
y los que no

entre los que consideran mascota a un pez
y los que lo consideran una rara especie de planta con ojos

entre los que miran fijo un potus y lo matan
y los que llevan a un jardinero en su adn

entre los que intentan copiar al encantador de perros
y los que saben que es inútil

entre los que dicen que los gatos son malvados
y los que tuvieron un gato

entre los que consideran mascota a una iguana
y los que la consideran una rara especie de árbol con ojos

de unos... y de dos




I don't see what anyone can see, in anyone else
But you


Uno se lava los dientes en medio del living,
Otro cuelga la ropa interior de las canillas.

Uno llena ceniceros que nunca vacía,
Otro vacía dentífricos que nunca repone.

Uno se levanta y habla como un loro.
Otro lo mira.
Y nada más que eso.

Uno lava la ropa, toda junta y sin distinción.
Otro no cose, porque nunca le enseñaron.

Uno se enoja fácil.
Otro, también.

Uno y Otro viven juntos.
Y para sorpresa de Todos,
Uno y Otro son felices.

Es que Uno es ese Uno para Otro
Y Otro, también es ese Uno para Uno.

no te entiendo

Yo comprendo que los comerciantes quieren buscar la originalidad, que hay que destarcarse, sorpender a los clientes, y todo eso. 

Pero, señores propietarios de bares y/o restaurantes y/o boliches de toda índole: ¿pueden intentar no complicarme la vida cuando estoy tratando de ir al baño?

 
¿Cuál es el motivo de tanta interveción malsana sobre los símbolos que indican cuál es el baño de hombres y cuál el de mujeres?

¿Es necesario que uno, frente a una necesidad tan simple, y a veces urgente, tenga que verse enfrentado a tanta  complejidad inútil? ¿Por qué tengo que andar comprarando puertas, mientras pego saltitos desesperados, porque no sé que cuernos quiere decir ese dibujo abstracto que colgaron en la puerta?

Si son tan modernos (?), hagan baños unisex, y listo el pollo. 

con el changuito lleno de preguntas

Ayer fui al supermercado. Es una actividad que me gusta lo suficiente como para soportar todo lo que implica y no terminar asesinando a alguien. Porque, seamos sinceros, ir al supermercado a veces es una tortura.
Son pequeños detalles que se van sumando, y por los que, una vez afuera, terminamos jurándole al cielo que el mes que viene iremos todos los días al chino. No importa que nieve, llueva, truene, o estemos agotadas.

Porque, díganme...

¿A quién se le ocurre poner a vaciar el changuito a una niña de 10 años ? 
Yo comprendo su pedagogía, oh padre moderno. Entiendo que la quiera hacer sentir útil, y todo eso. Pero no se da cuenta que la niña tarda tres horas mirando cada producto que saca del chango y haciendo algún comentario del estilo de "los cereales estos no me gustan papáaaa" o "la lata está aboshada papáaaaa, qué hago papáaa... papáaa".
Hágame un favor, oh padre moderno, si vamos a tener que soportarlo, ¡contéstele por lo menos!


¿Por qué razón uno, que no quiere perder la mitad de su vida haciendo colas, siempre, inevitablemente, elige la cola que más lento avanza?
Me ven llegar y la cajera se pone de acuerdo con la Validadora, para hacer un pase de comedia que podría denominarse "Gritemos todos juntos a voz en cuello el nombre de esta empleada que jamás aparecerá por la caja donde la están llamando y de la que depende que nosotros sigamos nuestra vida"


¿Puede ser que ubique mi carrito y adelante siempre, inevitablemente, haya una vieja que no escucha, no ve y que intenta por todos los medios pagar su compra con Australes?



¿Por qué, usted, pedazo de basura humana, se pone en la cola rápida, con cara de tarado, si sabe que tiene más productos de los permitidos?
Y por qué, cuando se le explica amablemente que debe irse a otro lado, contesta cosas tales como "ah, los 15 productos ¿no son por persona?" mientras blande a su mujer, que lo mira con cara de Roberto por favor, no hagas escándalo.
 
¿Por qué la cinta transportadora nunca transporta un cuerno? 
¿Por qué debo ir corriendo los productos, embolsarlos y contestar a las inquisiciones de la cajera, todo al mismo tiempo?
¿Para qué sirve una cinta transportadora que no transporta? ¿Es una especie de broma?


Y por último, NO, no quiero donar 25 cvos a la fundación PavoLoro. No me interesa que hagan beneficencia en SU nombre con MI dinero, y menos me interesa ayudarlos a pagar menos impuestos, o lo que sea que hacen detrás de su fachada de buenagente.
¡Todos sabemos que no son buena gente! 


Juro que la próxima me voy al chino. 

casa tomada

No pasa cuando te mudás, porque estás demasiado cansado para sentirlo.
Tampoco cuando comprás un mueble nuevo, o cuando colgás las fotos digitales que imprimiste después de cuarenta millones de años.
Quizás vivas ahí desde hace mucho. Y hayas cambiado todo de lugar mil veces: porque te aburre, o hay algo que falta, o que sobra, o que inevitablemente te tragás con el dedo chiquito del pie cada vez que le pasás cerca.

No sé cuándo pasa. Puede ser una mañana cualquiera. Ese día, caminás por tu casa y la luz que entra por las ventanas te mira diferente.
Respirás hondo y sabés que podrías contestarle a cada ruido que viene de la calle, a los zapatos de taco de la vecina de arriba, al bebé de enfrente que todos los días duerme un poco más.
Y reconocés parte de tu vida susurrando en ciertos rincones, esos que mirás con cariño, como si se tratara de buenos amigos.

Ese día, que también puede ser un lunes, volvés del trabajo, abrís la puerta, y tu casa se convierte en otra cosa.
Yo le llamo hogar. Vos, decile como quieras.


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Morkelik nos mostró la casa de Rubén, que como se ve, no es una casa. Y dio origen a este post.
(Así que cualquier reclamo se lo pueden dirigir a ella.) 


  

esas cosas que me dijo mi madre y que el tiempo se encargó de refutar

"El trabajo dignifica", o bien "el trabajo es una bendición"
O mi madre nunca laburó (lo que no es cierto) o me mintió para que dejara de ser un estropajo que se la pasaba tirado en un sillón mirando los programas de chimentos y comiéndole todo lo que había en la heladera.


"En este país, si no tenés una carrera universitaria te morís de hambre"
Después de calcinarte las pestañas, te recibís, y seguís siendo una empleada subcontratada a la que pagan dos pesos con cincuenta. Eso, si no sos el típico arquitecto que maneja un taxi.
Con el título en la mano, podés elegir comértelo (y no morir de hambre) o cortarte las venas.


"Tenés que ser una mujer independiente, no una ama de casa - como yo-"
Debería comunicarle a mi madre que una cosa no quita la otra. No soy una graan ama de casa pero la realidad dice que la mugre no desaparece sola, por más mujer independiente que seas.
También debería preguntarle si por "independiente" entiende ser esclavizada en algún tugurio laboral para ganar dos pesos con cincuenta (título en mano) o qué.




Por ahora eso. Ya vendrán post mejores (cosa que el tiempo se encargará de refutar)

16 días de activismo


Hoy, día internacional por la no violencia contra la mujer, comienzan los 16 días de activismo contra la violencia de género.


El gobierno nacional lanzó la campaña "Vivir sin violencia" a favor de la equidad de género y contra la violencia, con recursos, teléfonos últiles y un concurso en el que participaron escuelas, y personas particulares, enviando producciones gráficas, sonoras y audiovisuales.

La ONU, viene realizando una campaña denominada "Dí No - Únete" cuya embajadora mundial es Nicole Kidman, y en su página, además de información sobre el tema, brinda recursos para que los visitantes puedan empezar una acción, o unirse a una que ya se esté realizando.

En el mismo sentido, la internacional de trabajadores UNI, lanzó "Break the circle" con un video educativo y recursos para que cada cual pueda realizar proyecciones y debates sobre el tema en sus comunidades.  

Más allá de las diferencias, las tres campañas buscan la participación. 

Porque decir que el problema de la violencia de género es un problema de todos parece un lugar común. Sin embargo no está demás repetirlo, dado que  muchos aún creen que es un tema exclusivamente femenino, o que sólo sucede en ciertos estratos sociales, o que sólo pasa en algunas casas, a algunas personas...

Cada uno tendrá más o menos responsabilidad, pero todos podemos hacer algo.

jodida ¿yo?

No, no soy vegetariana.
Él dice que simplemente soy jodida.
Seguramente, pero no por este tema.

Vivo en el país de las vacas (flacas para la gran mayoría.)
Voy a los asados sin chistar y termino comiendo sanguchitos de lechuga.
No pretendo que cocinen para mí. Puedo entender que en estos lares el que no come carne sea catalogado de raro o jodido, o lo que quieran. Lo mismo pienso yo de la gente que no come dulce de leche. Pero no le ando preguntando el por qué. Si no le gusta, no le gusta.

Nunca me gustó la carne roja, cuando era chica he llegado a llorar frente a un bife. De asco.
Despues lloré de pena. Antes que nada está el gusto.
Tengo alma de gorda, no de activista de greenpeace.

La carne blanca la prefiero cada vez menos. Será que me aburrí de comer pollo en 5 millones de formas.

Me gustan los vegetales, los cereales, los huevos y los lácteos.
No, no soy vegetariana.

Tampoco soy "sana". Fumo, bebo y como dulces hasta el hartazgo.
No quiero evangelizar al mundo sobre la bondad del apio. Tampoco pretendo que entablemos una conversación filosófica sobre las toxinas de la carne, las proteínas de la lenteja y qué dice la nutricionista del noticiero sobre los antioxidantes del brócoli.
No me interesa.

No me gusta la carne. Y me siento bien comiendo lo que como.
Tan simple como eso.

Punto.