Debo confesarlo: yo miro dibujitos animados, desde siempre.
No hace mucho me gustaba Johnny Bravo.
Johnny Bravo es un jóven rubio, de grandes músculos y jopo monumental, que todavía vive con la madre y depende de ella.
Johnny Bravo cree que, gracias a su cuerpo trabajado puede conquistar a cualquier chica que ande a su alrededor. Y lo intenta, con los medios de los que dispone: su físico y su idea de lo que una mujer desea. Entre otras cosas, JB es extremadamente estúpido.
La chicas lo ignoran, y cuando no lo ignoran es sólo para aporrearlo. En todos los capítulos. Y él vuelve llorando con la madre, que siempre está ahí para consolarlo.
La gracia del dibujito es esa: Johnny cree que es un ganador nato, un macho conquistador, y que cualquier mujer se rendirá a sus pies con sólo mirarla. Pero, como se ve, JB es un pobre tonto.
Hace un par de semanas, que ya parecen años, apareció en la TV vernácula Ricardo Fort.
Ricardo Fort es un señor de 40 años, de grandes músculos y jopo monumental, y una cuenta bancaria que los simples mortales como yo no podríamos ni imaginar.
RF no cree, afirma que puede conquistar a
cualquier chica que ande a su alrededor.
En realidad, que puede tener cualquier cosa, lo que lo convierte en un héroe nacional, en una nación en la que pocos consiguen siquiera lo que precisan.
Y lo que se nos muestra es que consigue lo que quiere. También las chicas. Y que cuando se aburre, las deja, vía SMS. Y que cuando vuelve a aburrirse las llama otra vez a su lado, vía SMS. Porque es más expeditivo. Él es un señor pragmático.
Las chicas no aporrean a Ricardo Fort. Las chicas de esta historia son figuritas de colección. Y hay una difícil, no porque no haga caso a sus declaraciones de conquista, sino porque es propiedad de otro.
Y el propietario de la figurita difícil se ve herido en su honor: nadie puede reclamar lo que es legítimamente suyo. Entonces trata de herir al otro: le dice homosexual.
Que nunca sucede. Porque es preferible continuar la historia, hasta que deje de convocar multitudes.
Porque esta carticatura convoca multitudes.
JB nunca hizo 37 puntos de raiting. Y sin embargo era igual de estúpido.
Quizás la diferencia radique en una cosa: Johnny pierde, siempre.
En cambio en esta historia, los únicos que perdemos, somos los que estamos detrás de la tele.
(Nota: Uno puede elegir no ver estas pavadas. También debería poder tener otras opciones y más allá de apagar el equipo. Por ahora, no nos están dejando otra.)
http://www.ciudad.com.ar/2009/12/11/espectaculos/02059969.html
ResponderEliminarmira loqbue se hizo en la cara ese zanguango. pensar que no estaba tan mal!