el mundo se divide

entre los que toman el mate "clásico"
y los que lo tunean con cascaritas de naranja, yuyos y otros etcs.

no te preocupes

Es una declaración fácil de hacer y difícil de realizar. Aunque la digamos con convencimiento, porque el que tenemos enfrente necesita tranquilidad y sabemos que las cosas van a estar bien.
No estoy preocupada, o intento no estarlo, básicamente no pensando en el temita hasta tener una respuesta científica en mis manos.
El temita es un soplo. Un soplo en el corazón de mi hijo. Un ruido que no debería estar, pero que es muy "normal" en los niños, y más en niños como el que camina sin parar por casa, al que se le da por crecer a lo loco. 
El temita, en realidad, no es sólo su soplo. Es el mío. El que ya no existe porque lo remendaron, hace 21 años, cirugía a corazón abierto de por medio.
El temita es el miedo, porque ese soplo no parecía ser nada, y fue mucho. Fue una cicatriz que me cruza el pecho, por afuera, pero más que nada por adentro.
El temita es el dolor.

No te preocupes, me dicen, me repiten. Me llama el pediatra especialmente para repetir lo que me acaba de decir en persona: no te preocupes.
No, no me preocupo. Tengo miedo. Un poco.
Es mi carne que tiembla, porque sabe de doler.
Y es mi carne que camina sin parar por la casa, y no quiero que duela. Nunca. 

de marido y la belleza real (III)

A las que no lo conocen, desearía presentarles a Concubino, o J, mi marido sin papeles. Ese que hace más de 10 años me ayuda a aguantarme, aguantarnos y me aguanta. Es mucho aguante.
Ese mismo que amo con todo mi corazón, excepto en los momentos en los que busco una respuesta sincera sobre mi estado físico, y lo único que encuentro son respuestas demoledoras. Como esta, o esta. O como la descripción que hizo de mí cuando me vio entrar a la oficina hace unos días.
Yo, toda sensibilidad embarazadística. Yo, toda contenta con mi nueva pollera larga a rayas (de esas verticales que dicen que adelgazan, o disimulan, o vaya a saber). Yo, que hay que decirlo, hace un par de semanas despedí a mi cintura y le di la bienvenida a un culo desde el que tranquilamente se puede practicar bunging jumping*.
Decía, el amor de mi vida me vio entrar a mí, con todo mi yo a cuestas, y como hablaba por teléfono sólo hizo una sonrisita. Diez años después, esa sonrisita sólo podía querer decir "vamos a tener una charla sobre tu pollera nueva".
Y cuando colgó, se produjo el siguiente diálogo (al que ya debería estar... ¿acostumbrada?)

Mate con pollera: - Hola, qué pasa, ¿no te gusta mi pollera nueva?
Concubino con sonrisa: - Sí, es muy linda. 
M: - Entonces, ¿me queda mal?
C: - No, es que, no sé, te hace un cuerpo raro. 
(keyword: raro)
Mate esperando el temblor: - ¿Raro? ¿No será gorrrda?
C: - No, no. Parecés... UN POMO DE COLGATE.

El mismo ser que dice eso mientras se des-cos-ti-lla de la risa (y cuando lo lea acá se va a volver a descostillar) es el que de un día para otro armó una escapada relámpago a Mar del Plata, la ciudad en la que vive su suegro, que vendría a ser mi padre, y hoy, queridos lectores, les escribo con vista al mar.


Como diría el refrán: una de colgate, una de arena...

*(Debería preguntarle a mi obstetra si es un síntoma normal que de golpe y porrazo tenga el inicio del culo a la altura de la nuca.)



  

de confesiones y más premios

Debo hacer una confesión, ahora que están ahí del otro lado. Soy un ser humano, o por lo menos lo parezco, y como tal, y a pesar de mi educación progresista y libertaria (?) tengo prejucios. Sí, así como lo leen. No es tan terrible. Lo terrible es no darse cuenta.
Y será por la edad o por la maternidad (que te da vuelta las estructuras y te deja en bolas y mirando el horizonte) pero hace unos años que estoy a la caza de mis prejuicios, para por lo menos conocerlos, y saber por qué hago lo que hago o dejo de hacerlo.
Todo esto para decir que hace un tiempo hubiese sido incapaz -porque así funcionan los prejuicios, nos incapacitan para hacer, ver, dejar hacer- decía, hubiese sido incapaz de encontrarme con alguien por el sólo hecho de leer su blog y haber intercambiado unos e-mails. También me parecía un poco sinsentido esto de los premios, las cadenas entre blogs... Me parecía ¿infantil?
No sé qué me parecía, pero estaba equivocada. Seguramente lo que me movía, o más bien lo que me inmovilizaba, era la vergüenza. Vergüenza a no recibir respuesta, a la mirada de los demás, aún cuando esa mirada estuviese mediada por una pantalla. 
Tengo años de vivir pendiente de la mirada de los demás. Ya no tanto. Menos mal.

Lo que descubrí es que se puede dar y recibir mucho cariño y alegría, con el sólo acto de perder el miedo al "qué dirán". Y qué importa si a alguien le parece una pavada esto de pasarse un dibujito. Lo que importa es que recibir sus agradecimientos (incluso de algunas que pensé que no leían) por un premio en un blog fue tan lindo que ahora pienso por qué no empecé antes.
Pero acá estoy, y sigo pasando premios y dibujitos. Que no son nada más -y nada menos- que una manera de acercarse, y que sea lo que sea. 
Si es, habremos ganado mucho.

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Los premios eran por originalidad y estilo, yo lo rebauticé personalidad. Y me quedaban cinco, que son:
 
Jennifer Amapola Banfrula. Con ese nombre les dije todo. Pasen y lean. Esta mujer es una personalidad de esas que no pasan desapercibidas.

Alicia. Leo hace poco su blog, pero lo que me gusta es poder mirar otra cultura a través de sus ojos, que son de acá, pero navegan a dos aguas. Muchas ya la conocen, las que no, ya saben qué hacer.

Lila. Personalidad. Mucha. Eso veo en su blog, en su forma de escribir y contar y mezclar y dibujar con las palabras (literalmente, sus posts terminan siendo un dibujo). 

Memé. Ideas originales, muchos proyectos realizados, y un compañero que es para aplaudir. Muchas cosas lindas. 

Agus. Hace muy poco que la visito,  que ella anda en esto de los blogs, pero lo que ví me encantó. Originalidad y estilo a rolete. Pasen por su casa, que seguro se quedan.   

  

así da gusto...

... empezar la semana. Y eso que hay que remontar ese lamento constante que empieza el domingo y parece no terminar hasta el lunes a la tarde, cuando uno ya está resignado a dejar ir el fin de semana.   
Todo comenzó ayer, cuando mi coequiper de organización de evento blogger, la ya famosa Ann, me hizo acreedora de un premio. El susodicho sería porque éste es un blog con estilo. Faaaaah, tomá mate con chocolate. Igual yo creo que su intención fue calmar mi ansiedad por el ya mencionado encuentro. Mi estilo vendría a ser el "bolita de nervios". Igual se agradece lo mismo. Además me dice nerd y cool todo en la misma frase. Qué exagerada esta chica.
Y cuando ya estaba cambiando mi inicio de semana, no va que entro al blog de Fer Fer y ¡me encuentro con otro premio más! Ahí sí que terminó de irse toda la depresión del lunes.
Chicas, ustedes deben recordar que estoy en una etapa sensible de mi vida... Me van a hacer llorar.
En este caso es por "blog original". Qué honor. ¡Gracias Fer! 


Hecho el agradecmiento pertinente, debo pasar uno a 5 blogs y el otro a 10. Pero la verdad es que se me complica premiar a algunos por originales y a otros por tener estilo. Así que, como dirían en Feliz Domingo: Los dos a la final. 
Y entonces, 10 blogs originales y con estilo. Porque sobre todo son blogs (y bloggeras) con PERSONALIDAD. (Hoy los primeros 5 y mañana otra tanda, porque en este momento yo debería estar trabajando. Shhh) 

- Bella, porque es una fanática del Señor de los anillos, y las sagas fantásticas, y lectora empedernida, y tiene una perrita divina, y cocina, y labura, y todo lo cuenta con su personal estilo. 

- Café con tostadas, cuyo nombre nos emparenta de alguna forma  (el café y el mate son primos de alacena) y escribe de una manera que yo envidio mucho, y para colmo musicaliza sus post con canciones hermosas. 

- La Pé. Que antes era la tía, y después no. Que nos deleita con los diálogos laborales más desopilantes dil mondo. Y encima hace cosas riquísimas, y ¡comparte las recetas!

- Cecil, que la leo hace tanto tiempo que ya ni lo cuento. Que escribe como los dioses, y anduvo con la antorcha en mano para hacer justicia. Y se dedica al sacerdocio de la enseñanza. Una heroína.

- Maru, que no sé cuán seguido pasa por acá, pero tiene un blog que demuestra que es verdad que hay imágenes que dicen más que mil palabras, pero que nunca hay que olvidarse del valor de decir(se).



cumbre

Hace más de cinco años empecé a escribir un blog, que me llevó a otro, que me depositó en este espacio, el más personal de todos, ése en el que mezclo vivencias reales y no tanto, con lecturas, y música, y algunos chistes, y también lágrimas. Un poco de todo, y mucho de mí.
Y de a poco este blog se fue convirtiendo en eso que decía hace unos post atrás: una ronda de mate que viaja por fibra óptica. Una charla entre amigos, conocidos o llámelo como quiera, las etiquetas siempre son aburridas...
Todo lo anterior viene a cuento de algo que también dije en ese post: creo que va siendo hora de que esa ronda de mate supere los límites de la pantalla y pase al mundo "real".  Porque, les cuento, mi nombre no es Mate, y tengo un rostro, aunque no me guste mucho hacerlo público por internet. 

Por eso, y debo decirlo, empujada por la grata experiencia de haber conocido a una experta en reuniones bloggers como es Ann (y no haberme desmayado de los nervios en el proceso), les vengo a proponer a ustedes que pasan por acá hace mucho o poco, que comentan a veces o siempre, en fin, a ustedes que están leyendo; decía les propongo la idea de vernos, con algo rico de por medio, para hablar de bueyes perdidos. 
Aprovechando que se acerca el fin de semana largo por el 25 de mayo, entonces, las invito formalmente a una reunión cumbre, porque el pueblo quiere saber de qué se trata esto tan moderno de juntarse un grupo de gente que se conoce por muchas cosas, pero nunca se vieron las caras.
¿Se animan?  

Si son valientes y revolucionarias (?) levanten la mano, dejen un comentario o manden un mail (ciberviviendo@gmail.com), así coordinamos el lugar, hora y demás burocracias. 
Ann y yo estaremos repartiendo escarapelas en la puerta.  

eso no se hace (o el día que empecé a odiar a mi ecografista)

Amo a mi ecografista. Es serio, pero con la dulzura suficiente como para contenerte en momentos de mierda (como ante la pérdida de un bebé). Es tranquilo, especial para las ansiedades de primeriza y embarazadita en general. Es, en fin, de esa cada vez más rara especie de médicos que recuerdan que del otro lado hay un ser humano.
Decía, amaba a mi ecografista.
Escenario: Jueves por la tarde, consultorio del susodicho, realización de translucencia nucal.
Retoño se mueve como si estuviera bailando salsa. Tanto que lo vemos un rato largo hasta que el médico puede freezar la imagen que necesita.

Dr.: -Está todo bien.
Listo. Un camión de miedos afuera.
 
Concubino: -¿Y cuándo se puede saber el sexo?
Dr.: -En la próxima ecografía te lo CONFIRMO.
C: -Entonces ya lo sabés.
El Dr. sonríe. Automáticamente los padres, adultos, se convierten en dos niños de 3 años.
A coro: -Ah, no decinos, por favor. (Mate está en la camilla, en batita, pero si puediera agarrar al ecografista de la solapas lo haría).
Dr.: -No, no, porque si después te lo cambio ¿qué pasa?
Nosotros: -Noooo, te juramos que no te decimos nada. En serio. En serio.

Y no hubo caso. Nos dejó con la intriga.
Sr. ecografista, yo lo quiero mucho, pero sépalo: eso NO se hace. 

"Creo que Peeta dio en la tecla al comentar que nos destruyéramos entre nosotros...

"Creo que Peeta dio en la tecla al comentar que nos destruyéramos entre nosotros para dejar que otra especie más decente ocupara nuestro lugar. Porque algo falla estrepitosamente en unas criaturas capaces de sacrificar a sus hijos para zanjar sus diferencias. Dá igual cómo se justifique."
En Sinsajo, de Suzanne Collins.

Aunque suelo citar partes de los libros que estoy leyendo, o releyendo, nunca emití una opoinión acerca de ninguno. En general cito lo que me gusta, y lo que no me llamó la atención ni siquiera aparece. Pero hoy quiero hacer un pequeño comentario sobre los Juegos del Hambre, una trilogía que muchos habrán conocido por el estreno de su versión cinematográfica.
En mi caso fue al revés. Supe de la existencia del libro antes, y quise leerlo previo al estreno, porque me gusta ver qué han hecho los directores y guionistas con eso que cada uno se imaginó en la individualidad de su cabecita.  Sin embargo, al buscar críticas me encontré con comentarios tan opuestos que no sabía si depositar los pesitos que sale cada tomo.
Algunos decían que era un libro para adolescentes del estilo de las series de Cris Morena (oh por dios), mientras otros se habían hechos fanáticos de la saga. 
Así que, para los que estén en la misma situación que yo, hace tres libros atrás, déjenme darles mi humilde opinión.
Los Juegos del Hambre efectivamente es un libro para adolescentes. Repito, adolescentes, no niños. 
La prosa es rápida, y no deja respiro. El lenguaje es directo, quizás los personajes se explican demasiado, y el triángulo amoroso típico de este tipo de novelas es un poco aburrido. Pero todo se subordina a la acción. 
Supongo que para atrapar a un jóven -y más aún a un jóven de estas épocas- es necesario que pasen cosas permanentemente. Y eso hace que uno no pueda dejar de leer, para saber cómo sigue la historia.
Lo que acabo de decir define a muchos best sellers que por lo demás son una verdadera bazofia, que no dicen nada. 
Pero aquí sucede lo contrario. El libro dice mucho. Sobre los jóvenes, y lo que nuestras sociedades hacen con ellos, de ellos. La utilización de sus cuerpos como método de control social, a través de la violencia, y de la televisación constante de esa violencia. La banalización de su sufrimiento, de sus muertes (y no puedo dejar de pensar en tantos programas de tv donde lo único que se nos muestra es a jóvenes matándose -entre ellos, o a sí mismos-).
La saga habla del hambre, y de la supervivencia. De la desigualdad, y su naturalización. De la realidad construída por los medios de comunicación.
El libro habla de la guerra, y de los vencidos... es decir, todos los que se ven envueltos en ella.


Seguramente la película no haga honor a la historia. Lo digo sin haberla visto, pero dudo mucho que Hollywood lleve a la pantalla tanta violencia y tanta oscuridad. Por eso, a los que lo estaban pensando, les recomiendo leer los libros. 
Después me cuentan.