don

No sé si es un sexto sentido, un don sobrenatural, o simplemente Fortuna complotándose para reirse un rato de mí.
Pero en ese justo momento en el que quiero tranquilidad. Justo cuando me dormí, después de intentarlo dos horas. En ese instante de intimidad y calma (antes o después de la tormenta). En ese preciso instante, a mi madre se le ocurre llamarme por teléfono. 

Y eso no es lo peor.
Supóngase que hija duerme como un oso. Supóngase que suena el teléfono y la sobresalta. No puede ser otra que madre.
Entonces se dará esta conversación:

madre: Hola hija, ¿te desperté?
hija: Si.
madre: Ah, perdón... ¿Cómo estás, bien? Yo estoy blablablabla


O bien.
Supóngase que a hija la tapa el trabajo. Está a punto de fenecer.
Entonces suena el teléfono. No puede ser otra que madre.



madre: Hola hija, ¿estás ocupada?
hija: Hola ma, sí, muy.
madre: Aaaah, ¿cómo estás, bien? blablablablabla


Si lo que le responda le va a entrar por un oído y salirle por el otro.
¿Para qué catzos pregunta? 
 

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Piiiiiiiip