carrera

Ella esperaba el ascensor marcando los segundos con el piecito. 
tac tac tac
Ella miró de reojo cuando me paré a su lado. Se revolvió un poquito, como un animal amenazado.
tac tac tac
Volvío a apretar el botón de la flechita que ya estaba encendido. Una, dos veces. 
Gesto inútil, pero delator.
El ascensor llegó. Ella se encargó de abrir las puertas, con una solicitud egoísta. 
- ¿A dónde?
- Al primero, laboratorio.
- Ah, yo también.
Ella volvió a inquietarse y avanzó un paso por delante mío, hacia la puerta, tomando la manija.
El asensor se detuvo.
Ella abrió la puerta tijera y salió empujando la otra, con un ímpetu excesivo.
Salí y mientras cerraba las puertas la ví corriendo hacia el dispenser de números. 
Sólo entonces quedó satisfecha. 
Me había ganado.
Yo tenía el 85, y ella el 84.

Dicen que el tiempo es oro. 
De a cinco minutos ella debe ganar verdaderas fortunas.

1 comentario:

  1. jejejje, con los tac tac del taco y los tic tic del segundero debió haber nacido el tic tac, que hoy cotiza en bolsa

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Piiiiiiiip