escuché que se pasó volando
otros dijeron "menos mal que ya pasa".
yo no dije nada, porque no supe cómo.

es que en un solo año crucé dos veces el océano, una vez el charco y seguí sin confiar en cruzar los dedos.
trabajé como una burra, me creyeron loca como una cabra. me gustó tirarme al sol como un lagarto,
pero no pude aprender a ser un corderito.

hablé en inglés con una japonesa que pretendía estar hablando en español.
en castellano con españoles que hablaban otro idioma.
aprendí a decir merci beaocup, y que ni eso me entendieran.

festejé de a dos, en familia, con amigos. con un millón de desconocidos.

no sé hacer balances, 
pero hace meses me olvidé de la balanza.

conté minutos como pepitas de oro, y derroché lágrimas de todo tipo.
desde que dos rayitas me cambiaron el mundo, hago palotes en el calendario.
para verlo a él. a ellos dos juntos. 
ellos dos, que sin importar el año, son mi vida.
para toda la vida.


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pásenla lindo, abracen, besen, coman y tomen.
aprovechen y festejen. sin pensar demasiado.
total, maña será otro día,
otro año,
otra década!

Feliz 2011 para tod@s los que pasan por acá y comparten un poco de esta mezcla que es mi vida.

Abrazos y pataditas
Mate y poroto.



estar embarazada también significa...

- Tener que escuchar que una vieja con master en conchudez  te diga que "se va a ir a la esquina a que la embaracen" (sic) para poder hacer la cola del super como vos, que sos re viva y utilizás tus kilos de panza para pasar más rápido que el resto de los mortales.
- Que en la cena de navidad se debatiera una media hora sobre el nombre que debería ponerle a MI hijo.  (Hasta que una cuñada muy sagaz vio mi cara de "me voy a suicidar con la cucharita de helado" y cambió de tema.)

- Que en el medio del curso de preparto, durante el dictado de la materia "Pujo 1",  y con cuarenta grados celcius de temperatura ambiente, se cortara la luz -y por lo tanto el aire acondicionado-, dejando a un grupo de unas 20 mujeres a punto de explotar, con las piernas en elevación, haciendo fuerza y produciendo unas dos toneladas de sudor por segundo. 

- Qué él le cante a la panza y el bailarín que mora en mí le patee la nariz... 

juntos, y también mezclados

Pocas cosas me ponen tan de mal humor como ir a comer afuera y que me traigan una ensalada mal servida
En principio me pone de mal humor comer ensalada porque, a no ser que se trate de esas super mezclas con  muchos ingredientes -de los denominados "sanos" y de los otros-, pedir ensalada quiere decir dos cosas: o que no me estoy atorando con un buen plato de comida suculenta porque debo cuidar mi estómago o mi figura (que ya no tiene remedio, pero qué va, a veces me agarra). O bien, estoy comiendo ensalada porque en el menú del lugar a donde he ido a parar no hay ningún plato que me guste. (Suele pasar. Piense el lector que la que suscribe no come carne.)
Sumado a este incipiente malestar, entonces, me salta la tapa de los cesos cuando el mozo, todo devoción por su tan loable tarea (?), arroja sobre la mesa un plato, playo, en el que se amontonan trozos de verduras y demás ingredientes como en una montaña. Ingredientes cortados con una sierra hidraúlica -porque de otra manera no se entiende por qué tienen semejante tamaño- y secos. Porque el adherezo viene aparte.
Señores encargados de servirnos, culinariamente hablando: hay algo que se llama en-sa-la-de-ra. Lo digo despacio porque quizás en las escuelas de comida gourmet no enseñan estas cosas y les puede sonar extraño.
La en-sa-la-de-ra sirve, oh casualidad, para meterle ensalada adentro. Por decirlo delicádamente.
Existiendo semejante producto del ingenio humano, me pueden decir entonces ¿por qué caracho me traen la ensalada en un plato playo? 
Un plato que rápidamente pierde su equilibrio interno, por ejemplo al intentar mezlcar su contenido, y se convierte en un campo de batalla donde los muertos caen al precipicio por los costados.
Y díganme, ya que estamos, ¿tanto les cuesta cortar los ingredientes de manera que me los pueda introducir en las fauces? Un tomate cortado en cuatro NO es apto para ensaladas. La palta en forma de abaniquito queda muy hermosa ahí recostada en el borde, pero cuando uno la mezcla se mantiene como un trozo único que nos llevará un bocado finiquitar.
El concepto básico de ensalada es: cosas pequeñas a ser mezcladas y adherezadas con algún menjunge, en un recipiente apto a tal fin. Cada porción de la misma debería ser - pars pro toto- en teoría, una muestra del todo. El abanico de palta, que me engullo en una sola vez,  por ejemplo, no cumple con este último requisito. 
Nada de decoraciones ostentosas, rosas de melón o  Kilimanjaros de zanahoria. Si pido una ensalada, por las faldas de Fortuna, tráiganme una en-sa-la-da.
O sufrirán las consecuencias.
Muchas gracias.

nota mental

La próxima vez que creas que el lavarropas de carga horizontal terminó su ciclo, cerciórate de la veracidad de este hecho antes de abrir la puertita redonda. De lo contrario, en un segundo, habrás recreado las cataratas del Niágara en tu propio lavadero. 

paremos la pelota

Nadie, en todo este tiempo, me aclaró que una de las famosas y nunca bien ponderadas experiencias inolvidables del embarazo era, durante el curso de preparto, encajarme una pelota de tenis donde no me da el sol y sentarme a empollarla durante un buen rato. 
Un poco de respeto, ¡caraho!

Odol pregunta (y contestá, o te bajo los dientes)

La convivencia a veces puede ser pantanosa. No, no quise decir espantosa y se me mezclaron las letras. Digo pantanosa, porque hay momentos de la vida compartida con otro en los que toda la buena voluntad, el amor, el diálogo o las pocas ganas de soportar su cara de culo no son suficientes, y una decisión se convierte en un callejón sin salida. No hablo de grandes elecciones como la compra de un inmueble, las vacaciones, o el tipo de educación que la vas a dar al pobre vástago que está en tu vientre; hablo de cosas tan insulsas como: ¿qué comemos?, ¿a dónde vamos?, o ¿cine o película en casa?
Y frente a estas situaciones cotidianas, repetidas hasta el hartazgo, hay una frase, un conjunto de palabras que me hace hervir la sangre y que podría considerar la peor frase de la historia de la humanidad -bueh, más o menos-. Es el famoso "Lo que quieras, me da lo mismo".
Una frase que generalmente viene acompañada de una postura corporal ad hoc, que podría denominarse la posición del potus ibéricus.
Veamos.
Situacion 1:
Sábado a la tarde. A se dirige a B, que está desparramado en el sillón del comedor.
A: - ¿Querés ir a caminar por el Jardín Japonés o nos quedamos mirando tele?
B, utilizando la menor cantidad de músculos corporales posibles: - Como vos quieras, me da lo mismo.
Por la frase A puede colejir que al susodicho le da igual cualquier opción. Pero no hace falta ser profesor de neurolingüística para darse cuenta de que el sólo esfuerzo al realizar su respuesta ya le produjo calambres. Entonces, ¿le da lo mismo?
Esta situación, me dirán, se puede arreglar fácilmente: que A haga lo que se le cante y si al otro no le gusta que se embrome por no decir nada. Ok. Por ahora sigamos. 
Evaluemos la siguiente situación. 
Situación 2:
Novia a Novio más o menos reciente: -El sabádo es la fiesta de comunión de mi hermanito en Plumas Verdes (léase: la concha de la lora) ¿Querés venir?
Novio, con cara de potus ibéricus: -No sé. Como vos quieras.
¿Decime qué catzos quiere decir eso? Si no quisiera que vengas no te invito. Entonces, si te pregunto es porque quiero, lo que estoy intentando saber es qué querés hacer vos. No yo. Yo ya me conozco. 
¿Se entiende por qué esta respuesta me hace estallar la vena de la sien cual petardo ilegal? Justamente porque NO es una respuesta.
Un día podés estar sin ganas de decidir. Ok. Pero no siempre.
No te puede dar lo mismo comer mondongo que sushi Rulo. No te puede dar igual ir al cine con unos amigos que acompañar a tu sobrinita adolescente al recital de Ricardo Arjona.
A mí no me mientas Rulo. No te-da-lo-mis-mo.  
¿Entonces? ¿Pensás que dejando la decisión en mis manos me dejás contenta y evitás un posible conflicto?
Lamento decirte Rulo, que estás equivocado.  Que lo único que me provocás con la posición del potus ibéricus es ganas infinitas de arrancarte los pelos de las cejas con los dientes (?).
Porque si quisiera vivir con un ente sin voluntad que me acompañara en cualquier decisión sin decir palabra, me hubiese comprado un Tamagochi. 
A mí no me da lo mismo lo que quieras hacer o te guste. Por eso pregunto. Alguna pizca de voluntad te debe quedar.  O te convertiste en un potus y no me di cuenta.
La próxima vez contestame Rulo, o voy a empezar a regarte todas las mañanas. 


Nota final, para todos los Rulos del mundo: Se vienen las fiestas. Se van a tener que enfrentar a la gran pregunta: ¿la pasamos con tu familia o con la mía?
¿Qué van a contestar? ¿Les da lo mismo?
Vayan preparando la respuesta.

Ahora que por fin has conseguido la salud y para siempre, te quisiera decir, mejor dicho repetir, repetir que... bueno... ya tú sabes... Tú, como un jardín pisoteado en una noche sin cielo. Tú, como una ventana azotada por la tempestad; tú, como un pañuelo caído en sangre; tú, como una mariposa llena de lágrimas; como un día atropelladamente roto; como una lágrima sobre un mar de lágrimas: araucaria cantante y victoriosa; rayo de luz, en el camino de cualquiera.

Carlos Pellicer en Diego y Frida,
de J.M.G. Le Clézio

traducción

Si los únicos comentarios de madre sobre su nueva nuera son "parece mucho más grande" y  "lo más importante es que tu hermano esté contento", es que la susodicha todavía no le pasó por la glotis.

la inflación que el INDEC no muestra


gracias a APTRA

En este solemne acto, quiero agradecer a la señorita Bella, que en una muestra de suma magnanimidad, le ha otorgado un premio blogger a la que suscribe.
La que suscribe nunca se gana un pito, hablando mal y pronto, así que está chocha de contenta.
Premio doble, además, debido a que el mismo está compuesto por un Bob Esponja todo emperifollado para la ocasión.
No sé si ya lo habré comentado, pero la que suscribe tiene una especie de obsesión malsana con el dibujo animado en cuestión, lo que la ha llevado a, por ejemplo,  tener un  muñeco de tamaño no-natural que le ocupa media vivienda.
En fin.

Acá el premio:



Y acá, el Bob real y la que suscribe (para que vean que no exagera). 



¡Gracias Bella!
Firmado: la que suscribe.