filosofía en chancletas

Ni una playa desierta, ni un atardecer en la montaña. Tampoco una ciudad iluminada y brillante, aún por descubrir. La primera imagen que se forma en mi mente si alguien dice la pabra "vacaciones" es gente amontonada.
Miríadas de seres humanos pegoteados, gesticulantes y gritones. Muchedumbres ingentes de personas que no hacen más que formar colas. Filas interminables de turistas ansiosos por entrar a algún lugar: no importa si es un teatro, un cine, un restaurante, un museo, o un carrito de la costanera.
Vacacionar y esperar deberían ser sinónimos. 
Esperar que deje de pasar gente y sacar la foto. Esperar que se haga un hueco y plantar campamento. Esperar a que el sol "esté bueno", esperar una hora después de comer para meterse al agua.
Esperar, en fin, hasta que llegue ese momento de placer, de frescura, de satisfacción.
Intentar prolongar el disfrute y dejar de estar a la espera... supongo que ese sería un buen consejo.
Aunque creo que hace una línea dejé de hablar de las vacaciones.

3 comentarios:

  1. cuestión de ponerse manos a la obra.
    tanto esperar los momentos ideales, terminamos perdiendo los reales...

    Además ¿Por qué hacer en las vacaciones lo mismo que ya se hizo durante el año...
    Hay tantos lugares lindos donde no hay que hacer cola para nada!!

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  2. exacto, muchos lugares donde se pueden ir para no tener que hacer colas.

    Siempre esperamos las vacaciones, ahroa que la tenemos dejemos de esperar

    Salud

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  3. Buen blog, y qué reflexión, es cierto vacacionar debería ser sinonimo de esperar. Por eso prefiero seguir tu consejo y sentirme como en vacaciones todos los días, solo disfrutando. Bye...

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Piiiiiiiip