El viaje de vuelta estuvo cargado de tristeza. Esa tristeza singular que nace del tiempo que sabemos bien aprovechado, palmo a palmo, con los ojos perdidos en el ruido de un arroyo, en las manos sucias de un hijo, en la respiración pausada de ese que siempre anda por la vida rapidito.
Esa tristeza del volver a la ventana que sólo sabe dar a otras ventanas. Tristeza gris, monónota; de ciudad que encima llueve. La muy pedante.
Y aunque en las venas me corre un poco de cemento. Y aunque no concibo una vida alejada de este ruido infame de bocinas, de caras de culo a granel, de lucecitas a toda hora, qué bien vienen las cuotas de otro mundo. Como globulitos homeopáticos de paz.
Un tratamiento de sólo cinco días. Y volver alegre, y tranquila, y triste al mismo tiempo. Después de haber saludado a los pajaritos que nos vinieron a despertar todas las mañanas, al arroyito que nos enfrió las manos y nos calentó un poquito el alma, a los animalitos que solemos ver desde la ventanilla, ahora pastando por ahí en el "patio".
Volver, después de haber tenido todo el día, completo, para mí, a esos dos atorrantes que hoy veo de a ratos.
Volver, pensando en regresar. A la casita de las sierras. Al arroyito.
Ya será.
Mientras tanto, me quedan los recuerdos, y algunas postales. De la calma, de la felicidad. Esa cotidiana. De las cosas chiquitas.
La única que vale la pena.
Uy.. que bueno que hayas tenido unos días tan lindos.. leyendo tu post como que miro para afuera de la oficina esas ventanas, y me parece tan gris todo, se me contagió un poquito el sentimiento que contas.. en fin, tampoco me imagino viviendo lejos de la gran ciudad, pero que lindos respiros asi como el que describis, poder conectarte con la naturaleza. Las sierras siempre me gustaron..
ResponderEliminarQue la vuelta a la rutina sea leve, todo lo leve que puede ser…
besote
Que belleza! La foto de la manito es de lo mas tierna :)
ResponderEliminarte podría decir que eso mismo sentí cuando volví de villa ventana :( nunca nadie explico tan bien lo que es un poco de naturaleza y paz...
ResponderEliminarsos una genia de la palabra.... y tus fotos son hermosas....
y me voy ..... que se me está por piantar un lagrimón....
besos
Amé la foto con el bebote!
ResponderEliminarYo también soy de las que aman vivir rodeada de cemento,pero ésas cuotitas siempre vienen bien. Me alegro que lo hayas disfrutado!!
ResponderEliminarHermosas fotos, hermosas postales.Yo no podria vivir en ninguna ciudad nuevamente, cuando te alejas un poco , y te acostumbras a los ruidos de los pajaros, a que no pasan autos de noche , de que desde la ventana se ve el cielo...negro, que avecina tormenta de mierda, que va a seguí lloviendo...me fui ´perdon! besote y descansa mientras la niña te deje
ResponderEliminarQue lindura! cuanta paz y amor circulando.
ResponderEliminarEnvidio...