the sillita gate

Trato de no discutir con mi madre. Treinta años de clases intensivas de chocar con una pared de sordera, me han enseñado que la mayor parte de las veces es preferible decir "tenés razón" o directamente hacer silencio, a gastar las energías vitales en querer hacerle entender algo a una persona que cree que su cosmovisión es la única posible. Y que los demás somos todos medios opas. 
Desde cuestiones políticas a temas tan triviales como explicar que un xilofón para un niño de 6 meses es tan divertido y tan seguro como chupar un clavo oxidado (y el niño encontraría más diversión en el clavo), llevarle la contraria en algo es una tarea titánica.
La última batalla se está desarrollando alrededor de una sillita. 

No sé de dónde sacó, mi madre, que existe una tradición familiar por la cual "cada uno tiene su sillita" (de esas que en general vienen acompañadas con mesitas ad hoc y donde los niños hacen que toman el té o pintan). 
ELLA es la que tiene sillita. Y un día, en plena adolescencia, me encajó un banquito a mí, imposible de rechazar, por estar pintado con sus propias manos. ¿Para qué catzos podía querer un banquito a los 17 años?
Mi hermano nunca supo de sillita.  Por lo que, o no es considerado parte de la familia, o la tradición hace agua por todos lados.

La cuestión es que cada vez que puede, mi madre, me dice que le va a comprar LA sillita al Chino. "Porque todos tienen su sillita".
A esta altura del relato me tiraría por la ventana con tal de no soportar la frase antedicha una sola vez más. Pero tengo deberes de madre.
Le expliqué que no tengo lugar donde poner la sillita, gracias a ella misma, que antes de esta batalla se empecinó en traer un caballito del tamaño de un pony para que el niño lo montara (el niño, con 9 meses, lloraba a mares cada vez que veía al susodicho caballito del demonio). 
Le dije que el niño no sabe cómo carajo se usa una sillita, y que se va a romper la crisma.
Le dije que una sillita sola es un embole para cualquiera, que debería tener su mesa. Y que si no me entra una sillita menos me va a entrar el jueguito completo.
Finalmente le dije que si se aparecía con una sillita en mi casa la iba a usar de madera para un asado.

Pareció entender. O me dejó creer que entendía.
Porque un domingo de estos que pasaron, fuimos a almorzar a su casa. Y cuando abrimos la puerta, en el medio del comedor, desubicada como vegetariano en Siga la vaca, ¿qué había esperándonos? Una sillita. 
No la compró, era su sillita. 
Su idea era corroborar ante los ojos del resto, los opas que no saben nada de la vida, que el niño se iba a divertir un montón con la sillita.
¿Y qué hizo el niño?
Miró la sillita, se subió a la sillita, y se balanceó hasta caer como una bolsa de nabos de la putísima sillita. 
Y con esto, ¿corroboró mi madre que el niño aún no está en esa etapa de su desarrollo que le permitiría, al menos sin matarse, seguir la tradición familiar inexistente?
¿Eh?
¿Qué creen ustedes, queridos lectores?
Al ver al niño desparramado en el piso y llorando, mi madre, toda comprensión, exclamó:
- Y claro, no sabe cómo usar la sillita... ¡porque no tiene ninguna!

Si me pego un corchazo, cualquier día de estos, no se pregunten por qué.  

18 comentarios:

  1. Podríamos hablar horas de como discutir con una señora madre, o escribir un blog entero del asunto.
    (de hecho mi adorada madre le regaló a mi hija una mesa con su sillita, que todavía está y la usan los varones).

    (ni se te ocurra ir a Tecnópolis con tu gordi, te vas a volver loca o lo vas a regalar)

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  2. Irene Ah, veo que la sillita es regalo de madre... qué pasa?
    ¿Seré yo en un futuro la regaladora compulsiva de sillitas? Ahora me da miedo...

    Gracias por el dato, suponía que ir con el niño no iba a ser muy buena idea.

    Bella Vi la foto, una reina esha...
    El Chino se golpea la cabezota cada dos segundos. O tiene el cráneo de adamantium, o no sé qué pensar... Nada de qué preocuparse (por el momento, cuando vea los efectos colaterales de tanto golpe le cuento, ja).

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  3. Yo creo que tu madre y la mía deberían juntarse. No sacaríamos mucho en limpio, pero cómo nos reiríamos.
    A.

    P/D: yo tenía un silloncito de mimbre al que amaba. Es más, en FB podés ver una foto haarmosa en mi silloncito, debajo del árbol de navidad más triste de la historia.

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  4. Para que no te sientas sola te cuento que adoro a mi madre y casi no discuto con ella, pero las fiacas que le compró a mis chicos en el puerto de tigre:

    1. vivimos a 1700km y los colores no les fueron ni a palos
    2. son espantosas
    3. se la pasan perdiendo bolitas del relleno
    4. ocupan como 2 sillas más mesita

    Y eso todo junto no sería nada, lo peor es que las tienen hace un año y medio y los únicos que las usan son los GATOS.

    En cualquier momento las regalo y la única que se va a dar cuenta es ella cuando venga de visita!

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  5. A Por favor, no proponga reuniones que pueden terminar con el mismo universo.
    Ya mismo voy a ver esa foto, en especial porque quiero conocer el "árbol de navidad más triste de la historia".

    Mara ¿Pero qué pasa con nuestras madres? ¿Tienen un trauma con regalar mobiliario a los infantes??
    ¿Les preocupa que no tengan dónde apoyar sus pequeños traseritos?

    El puff o fiaca es un invento del mismo demonio. Lo sé porque tengo uno.
    ¿A quién se le puede ocurrir que una bolsa llena de pelotitas de tergopor puede ser algo práctico? Y ni hablar cuando hay que lavarlo... porque el mío es de tela!

    Y además, es comodísimo... hasta que tenés que levantarte, y ahí andá llamar al ACA para que te remolque...

    Me fui de tema, en fin.
    besos!!

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  6. QUERIDA.....LA SILLITA es nesaria!!!

    jua juaaaaaaaaa no,no tu vieja es genial, y si la juntamos con la mia y las mandamos a pasear, onda Franja de Gaza??? me dijeron que es lo mas para estos casos.....yo no tuve ese tipo de problema porque amabas madres pensaron que nunca se sabia que regalar, o que se lo compen los padrs, por lo cual, ni silla ni helado...
    y yo,yo si le regale la sillita con la mesita y como no podia ser de otra manera centro de mesa tambien.......pero lo unico a mi favor es que era el unico mueble que por la epoca teniamos, y nos fue muy util!!!!

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  7. Ay querida, querida, no entendés nada, la sillita en cuestión es re re necesaria,jajajaja... Dios proteja a mis hijos de ponerme así de cerrada...igual no pondría las manos en el fuego, el tiempo es tirano, no se como envejeceré pero por ahora me rio con mis hijos ( hoy compartí tu post con mi hija y nos reímos a duo) Un beso enorme y paciencia ¿que más?

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  8. Me rei mucho con tu post!!!
    de madres que no entienden (o no quieren entender) lo que uno les dice se mucho, mi vieja es igual.. no se puede cambiar a gente asi, va a seguir haciendo lo que quiera seguramente.
    No me parece feo tener una sillita, aunque claro que tiene que ser para cuando el chico sepa usarla y no se caiga. A los 17 años francamente la sillita estaba para tirarsela por la cabeza, ja.ja..
    muy buen post!!!!!!!!!!!

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  9. Me has hecho largar una carcajada (con cafe y tostada incluidos)
    Es preferible reir que llorar, no?
    Al menos no te echo la culpa de que nunca le ensenaste a tu bb a usar una silla. Algo es algo.

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  10. Mi mamá guardó SU sillita de su infancia y ahora la heredó Geno, o al menos se la presta! Él se sienta a ver la lluvia, ella le saca fotos, todos felices! Pero eso sí: la sillita nunca ha tenido el honor de venir a esta casa superpoblada de jueguetes!

    Besos :)

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  11. Nosotras, con mi hermana, teníamos una mesita roja con sus sillitas de mimbre, jugábamos, nos divertíamos , hasta q ella venia con alguna amiguita y a mi me encerraban abajo de la mesita y me decían que era mi jaulita y q no tenia q salir de ahí......nunca les voy a comprar una a mis hijos.La tarupida de mi cuñada les regalo un fiaca con cabeza de conejo, lloraron durante 2 meses, lo saque afuera y a la noche el perro le ladraba.....lo regale!

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  12. Juaaa!! perdón pero tu madre es un AS de la respuesta rapida!!!! Te calló la boca asi no más!!! Y bue..madre hay una sola por suerte, dicen por ahi, no??

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  13. Yo quiero la sillita si nadie la quiere!!!! Yo las colecciono!!! jajajaja

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  14. Tu relato es genial. Los remates de madre devenida en abuela son mortales porque sí o sí salen con la sulla. Mi mamá conserva su silla alta que nos zafa cuando vamos a comer con los chicos pero los atamos con un cinto de cuero: divino....
    Desde que nació mi hija una de las frase que más uso con la flia es "mi casa es chica" para que se hagan una idea del tamaño que pueden tener los regalos. Igual la estrategia ha fallado en más de una Navidad. Ya estoy temblando con los paquetes del día del niño...

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  15. yo que vos le cuento que enseñarle a usar la sillita es parte del rol de abuela y que lleva 18 añitos...

    que se quede con la sillita en su casa y le vaya enseñando de tanto en vez ;)

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  16. jajaa, como me reí, compartimos desgracias, jaja y es verdad del combo sillita caballito (horrendo, no escapa ningún nieto...
    no conocía tu blog pero me gustan ese tipo de anecdotas (que las tenga otros obvio)
    te sigo :)

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  17. hola: qué manera tan descriptiva y graciosa de contar una situación
    la verdad que noparo de reirme porque visualice todo lo que describiste como si estuviera mirando un viedeo (o mi vida propia). mis hijos tb recibieron de regalo un combo de sillitas con mesita, color rojo, de plastico preformado con forma de osito las sillas, medio incómodas para sentarte. y es verdad. nosotras tb tuvimos sillitas, que heredaron mis sobris... y mi marido tb!!!!! tuvo su sillita. muchas veces nos topamos con ella al subir a la terraza!!!!
    muchas veces al tener este tipo de ´problemas con mi mama... pienso... espero nor epetir la historia con mis hijos.
    un gusto conocerte...!

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  18. Pensé que hablabas de mi vieja!
    Después de 20 años de dedicarme a la música por fin parece entender que nunca quise ser ni seré maestra.
    Por lo menos la sillita se queda en casa de ella...por favor! decime que la sillita se queda en casa de ella!

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Piiiiiiiip