Todos en algún momento hemos sido "el nuevo" en algún lugar de trabajo. Esto significa que tuvimos que hacernos de paciencia y superar ese cúmulo de momentos de mierda que se compendian en la frase políticamente correcta "pagar derecho de piso".
Malos tragos que pueden provenir de nuestra ignorancia sobre algunas cuestiones de la organización de la que entramos a formar parte, o de la simple hijaputes de ciertos compañeros. El peor de ellos: el inseguro jerárquico.
El inseguro jerárquico es aquel retardado social que ve en el nuevo integrante de la empresa una amenaza. No importa si el inseguro es gerente y el nuevo un simple administrativo. El nuevo está ahí para amenazar su posición, su estatus y sobre todo su estrellato. Porque además de ser retardado social, padece del síndrome estrellita mía, por el cual, en cualquier situación él debe ser centro de atención.
El inseguro jerárquico, por lo tanto, se hace amigo de los inútiles, y odia con toda la fuerza de su retorcidez psíquica a aquellos que van a cobrar un sueldo por trabajar.
Entonces, para el inseguro jerárquico, el nuevo, si eficiente, dos veces malo.
Toda vez que esté en sus manos, el inseguro jerárquico intentará ensuciar el trabajo del nuevo, buscando argumentos que no sólo critiquen su labor sino que dinamiten su relación con el resto del grupo.
Por ejemplo:
Argumento 1: ¿Le preguntaste a Pirulo?
El inseguro jerárquico sabe que Pirulo es un exponente supremo de la estupidez humana, pero lo nombrará eminencia de todo aquel tema que el nuevo quiera tratar. Entonces, este pobre diablo, se verá obligado a luchar contra la imbecilidad de Pirulo para hacer su trabajo, o se verá catalogado como un mal compañero por no querer trabajar con Pirulo.
Argumento 2: ¿Rellenase el formulario?
El inseguro jerárquico se caga en las reglas. No sólo eso, cuando puede se afana algo de la oficina, paga cenas particulares con la tarjeta de la empresa y cosas semejantes. Pero, toda vez que el nuevo presente un trabajo, se encargará de puntualizar todas las reglas que no se siguieron y que resultan "fundamentales para el buen funcionamiento de la empresa".
Otro argumento es la chupada de medias lisa y llana para con el jefe. Es ahí donde el inseguro jerárquico muestra su lado más servil y asqueroso.
En estas últimas semanas pude presenciar dos casos distintos de inseguro jerárquico, en su versión femenina (realmente de temer). Y aunque uno de ellos repercute en mi trabajo, no soy yo la que se debe enfrentar a estos seres.
La cuestión es, ¿qué debe hacer la víctima del inseguro jerárquico? Denunciar sus manejos es casi imposible, aguantarlo es inhumano y entorpece el trabajo... ¿entonces?
¿Los matamos con la ignorancia?
¿Los matamos?
¿Esperamos a que venga otro nuevo para que el inseguro descargue sus frustraciones?
Porque el nuevo en algún momento deja de serlo, pero el imbecil, ese no tiene remedio.