fiesta

estoy casi sin dormir, pero contenta. 
no sé qué habrá sentido ese millón de personas que se apretujaban ayer al compás de la música, que bailaban y aplaudían y gritaban.
creo que también estaban contentos. y estaban emocionados, pero tranquilos. 
haciendo suyo, nuestro, ese lugar que hace tanto tiempo no compartíamos así: sin dolor, ni duelos, ni bronca, ni violencias. 
sin invitaciones, ni reglas de etiqueta. 
el pueblo -y no la gente- mezclándose hasta perderse. saliendo a mostrarse y a verse. reconociéndose en el otro. 
haciendo suya, nuestra, la calle. sin triunfalismos, sin penas ni olvidos.
por el sólo gusto de encontrarse... y festejar.      

hoy se apagaron las luces de colores y volvemos a ser lo que éramos antes de ayer. ni más ricos ni más pobres.
quizás un poco más cansados. 
pero eso no importa, porque ayer, ayer estuvimos de fiesta.







Actualización: a propósito del tema, recomiendo este excelente post de María Esperanza Casullo.

3 comentarios:

  1. muy bueno el post y la diferenciación entre pueblo y gente (cursaste con alabarces?)

    Yo también estuve!

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  2. Ay cómo se me notan las influencias populares y masivas... qué lo parió. ;)


    ¿Si ese no es el pueblo, el pueblo dónde está?

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  3. ¡Qué lindo!... viéndolo por la tele daban ganas de andar caminando por ahí.
    Por el interior anduvimos bastante más moderaditos!!

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Piiiiiiiip