estoy casi sin dormir, pero contenta.
no sé qué habrá sentido ese millón de personas que se apretujaban ayer al compás de la música, que bailaban y aplaudían y gritaban.
creo que también estaban contentos. y estaban emocionados, pero tranquilos.
haciendo suyo, nuestro, ese lugar que hace tanto tiempo no compartíamos así: sin dolor, ni duelos, ni bronca, ni violencias.
sin invitaciones, ni reglas de etiqueta.
el pueblo -y no la gente- mezclándose hasta perderse. saliendo a mostrarse y a verse. reconociéndose en el otro.
haciendo suya, nuestra, la calle. sin triunfalismos, sin penas ni olvidos.
por el sólo gusto de encontrarse... y festejar.
hoy se apagaron las luces de colores y volvemos a ser lo que éramos antes de ayer. ni más ricos ni más pobres.
quizás un poco más cansados.
pero eso no importa, porque ayer, ayer estuvimos de fiesta.
muy bueno el post y la diferenciación entre pueblo y gente (cursaste con alabarces?)
ResponderEliminarYo también estuve!
Ay cómo se me notan las influencias populares y masivas... qué lo parió. ;)
ResponderEliminar¿Si ese no es el pueblo, el pueblo dónde está?
¡Qué lindo!... viéndolo por la tele daban ganas de andar caminando por ahí.
ResponderEliminarPor el interior anduvimos bastante más moderaditos!!