espejitos de colores

No sé si es porque la publicidad ha mejorado sus métodos de convencimiento o porque mi debilidad mental ha llegado a niveles insospechables, pero:

- Ando por la vida cantando el shingle del aviso de una tarjeta bancaria - con acento ítalo argentino y todo- mientras él mueve la cabeza en clara señal de desaprobación y rellenamiento de paciencia.

- No tiro a la basura los envases de un conocido desodorante porque me quiero ganar una Mac Book (el día que gane algo seguro que no me lo van a poder entregar por algún detalle técnico)

- Compré una pasta de dientes un 20% más cara que las comunes, sólo porque me prometió que a la mañana iba a desaparecer el conocdio aliento a B.B. (Búfalo Bill).
Lo que obviamente nunca sucedió.


-  Esos avisos de cerveza que muestran sólo un vaso complétandose con el líquido y espumoso elemento me dan sed. Siempre. (Esto quizás tiene algo que ver con mi predilección públicamente conocida por dicha bebida, pero no creo.) 


- Para anunciar mis intenciones de cocinar torta, empiezo a tararear este tema.


- Y por último: los hisopos son cotonetes, aunque compres Band Aid son curitas y la mostaza es Savora.

¿Consumista yo? No, más bien ¡consumida!  



  

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Piiiiiiiip