números

esta vez quise evitar hacer balances, porque siempre anduve mal del equilibrio,
pero soy una persona responsable y la gente responsable debe llevar la cuenta de su vida.

la solución, contratar un escribiente: un señor funcionario que cumpliera sus funciones.

este año se rió un millón de veces, y lloró otras tantas, como una Magdalena
lo extraño - me dijo el empleado- es la cantidad de veces que usted llora,
sólo para reírse a carcajadas.

las cuentas no cierran (el pobre andaba realmente preocupado).
hay cuestiones muy simples: los dos o tres aplausos, dos rotundos fracasos, tres millones de palabras, varias cursilerías con te quieros
y hasta ositos de peluche.
tachaba con un lápiz, y seguía el recuento: diez pares de manos, cuatroscientos ojos, seis o siete magullones, unos hombros dispuestos;
incluso tengo documentados sus silencios: anda mejor, son cada día menos.

pero ese sueño, al que usted le puso nombre.
yo... no sé como contarlo.
todo el mundo lo sabe: se le rompió en mil pedazos
pero usted, usted insiste, y ¡lo pone en las ganancias!

-vaya tranquilo- le dije al contador,
la vida es una burócrata rebelde

no importa mucho cuántas gotas tiene el vaso
si efectivamente está más lleno que vacío
lo que sea que haya en ese vaso, ha sido hecho para ser bebido



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Aprovechando el calendario como excusa, quiero decirles a todos los que pasan por aquí: es un placer haberlos conocido, aunque seamos perfectos extraños.
Un día, cuando pueda despistar a mi vergüenza, quizás nos veamos cara a cara.

Mi deseo para ustedes: vivan... con toda la vida.

Feliz 2010.

1 comentario:

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Piiiiiiiip