* No entiendo a la gente que dice que "comer es un trámite" y otras porquerías semejantes. La comida está para saborearse y disfrutar. Nunca ví un trámite que se saboreara, a no ser que te guste la que te atiende en la oficina del monotributo.
* No sé hacer un huevo poché. Lo únicos grados de "huevez" que conozco van del duro al líquido sin escalas.
* Cada dos por tres me olvido una olla al fuego. No quemé la casa porque Fortuna aún me defiende de mi propia estupidez.
*Madre dice que tengo "buena mano" para los dulces.
No sé si se refiere a mi habilidad para prepararlos o para alcanzarlos y llevármelos a la boca.
* Los que empaquetan cosas con papel film en el súper no quieren que las utilices. Y una vez abiertas es imposible volver a dejarlas bien tapadas.
* Las fechas de vencimiento exageran.
* Un tomate no puede durar "fresco" una semana. O es de cera, o algo raro les están poniendo.
* Después de varios años de usar el mismo horno, sigo equivocándome de manijita al querer prender una hornalla.
* La hornalla más chiquita es inútil a todo servicio.
* El primer cajón es de cubiertos, el segundo de repasadores, y el tercero es un agujero negro.
* Ahí está la cuchara para hacer papitas noisette que compramos con madre una navidad. Fue la única vez que se usó. Y no para hacer papitas noisette.
* Las papas congeladas y el puré chef no saben igual que los naturales, pero están muy bien.
No así todos esos engendros en sobre. ¿A quién se le ocurre que una paella puede venir en polvo?
* "A ojito" no es una buena manera de medir ingredientes, pero es la única que utilizo.
* Cuando sea grande voy a tener una cocina con isla, pastalinda, exprimidor de naranjas, (de ese que se aplastan), muchas sartenes colgando, colador chino, cuchillos de todos los tamaños, morteros de todo tipo, y me voy a hacer la Narda Lepes hasta para hacer un arroz con manteca.